“Iparraguirre. Cuentos reunidos”, una reedición bienvenida
Alfaguara
acaba de publicar una segunda reedición de "Iparraguirre. Cuentos
reunidos". La primera fue en 2005. La posibilidad de leer sus cuentos como
si todos integraran un gran libro, abre nuevas formas de leer a la autora.
Foto: Edgardo Gómez
Por: Mónica López Ocón
Con un prólogo de Alejandra Kamiya que habla, entre otras cosas, de la inutilidad de los prólogos y de su relación con la autora, Iparraguirre. Cuentos reunidos, por supuesto de Sylvia Iparraguirre, una maestra de la narrativa, se reedita nuevamente, con algunas modificaciones realizadas por la autora.
La edición anterior había salido en 2005. En la nota preliminar, la autora marca detalladamente las modificaciones que hizo para esta nueva aparición de sus cuentos reunidos. Y también habla del lenguaje que es la materia prima con la que trabaja diariamente desde hace muchos años.
“Trabajamos
con el lenguaje –dice Iparraguirre- ; es una utopía creer que ejercemos sobre
él algún dominio: las formas se convocan o se rechazan, las historias se
resignifican y las contigüidades dan sorpresas, por lo que la corrección
y el cambio de orden no dejan de ser siempre algo provisorio”.
Y
añade: “Y seguramente superfluo, ya que el lector o la lectora, como sucede con
los libros de cuentos, entrarán a él por donde la curiosidad o el instinto los
guíe. Y eso es lo que todo libro necesita: la libertad del lector”.
Iparraguirre. Cuentos reunidos incluye
todos los libros de cuentos publicados por la autora hasta el momento: En el
invierno de las ciudades (1988), Probables
lluvias por la noche (1993), El país
del viento (2003) y Del día
y de la noche (2015).
Iparraguirre
señala en su nota preliminar que es una experiencia singular releer cuentos que
escribió hace mucho tiempo. “Esta nueva edición de mis cuentos reunidos- dice-
me puso en trance de volver a leerlos en conjunto después de mucho
tiempo. No suelo releer mis libros una vez salidos al ruedo, cuando ya no
me pertenecen”.
“Distinta
circunstancia es ésta –agrega Iparraguirre- , en que, por las características
de la colección, se presentó la oportunidad de una revisión general y crítica.
Algo que realicé, sobre todo, con En el invierno de las ciudades,
del que me separa un muy largo trecho. Lo bueno o lo paradójico de la
experiencia en la escritura es que uno se distancia y alcanza a verlos y a
juzgarlos como ajenos”.
Foto: Federico
Paul
La
experiencia del lector y la lectora frente a la obra reunida o la obra
completa de un escritor o escritora es, quizá, algo diferente. Y la
materialidad del libro no es ajena a ella, sino que es, más bien, determinante.
Iparraguirre. Obra reunida: la
experiencia del lector
La
forma de un libro, pese a lo que pueda pensarse al respecto, es fundamental en
la experiencia de lectura. Los distintos libros de cuentos podrían considerarse
como distintas partes de una frase separadas por comas. La obra reunida, en
cambio, parece agruparlas en una gran oración.
El libro
se ofrece, entonces, para una lectura distinta. Si es cierto, como dice la
propia Iparraguirre, que el lector altera la edición de acuerdo con sus
intereses y su curiosidad, en una obra reunida o completa esa operación se
amplía al máximo. La contigüidad, como también lo señaló Iparraguirre, produce
efectos inesperados.
Ya no
se lee un determinado libro de cuentos, sino que se lee a un autor en sí, más
allá de las divisiones más o menos arbitrarias que haya en su obra. Es difícil
imaginar un lector o lectora que comience a leer una obra reunida o
completa por la primera página y siga el orden establecido hasta llegar a la
última.
Es así
que Iparraguirre.
Cuentos reunidos ofrece la oportunidad de un placentero
vagabundeo por su obra que revela relaciones más difíciles de establecer
cuando se leen sus cuentos por separado.
Por
ejemplo, es posible advertir de qué modo Iparraguirre considera el paisaje en
que se desarrollan los cuentos. Sin duda, no se trata de un telón de fondo,
sino de un protagonista absoluto que condiciona a los personajes.
Foto: Federico
Paul
Basta
con comparar algún cuento de En el invierno de las ciudades con
algún otro de El país del viento para
comprobarlo y para comprobar también que, de manera coherente, la
tercera parte de Del día y de la noche se
llama, precisamente, lugares, lo que vuelve a colocar el espacio en el centro
de la escena.
Cuando los cuentos pierden los límites geográficos de las tapas, la lectura se modifica, se amplia.
Por
otra parte, hay algo muy placentero en tener a disposición una obra reunida,
como en este caso, o completa. Produce cierta sensación de posesión y
privilegio, como el que da, según dijo alguna vez Cortázar, el poder sentarse
en el colectivo del lado de la ventanilla.
Además,
da también una sensación de completud. Qué otra cosa completa se puede
tener en la vida que esa completud provisoria que da la obra reunida de un buen
escritor o escritora como Iparraguirre.
Por
todas estas razones y, seguramente, por muchas más, es un placer enorme
estar en contacto con Iparraguirre. Obra reunida,
un libro que nos permite pasear a nuestro antojo por la narrativa breve
–brevísima en algunas ocasiones- de una gran escritora.
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