Las imágenes que tomó el fotógrafo de la represión
del 12 de marzo
La historia detrás de la
última foto de Pablo Grillo antes del disparo del gendarme Guerrero
Cora Gamarnik compartió la
imagen y el resto de la secuencia hallada en la cámara de Pablo y reclamó por
el avance de la causa judicial. Muestran el segundo antes del impacto del
disparo del cabo Guerrero, que todavÃa no fue citado a declarar. "Nos
resulta incomprensible” la inacción judicial, dijo Fabián, su papá.
14 de julio de 2025 - 11:36
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. Imagen: Gentileza
Este fin de semana se
publicó en las redes la última foto que tomó Pablo Grillo antes de recibir el
impacto del cartucho de gas lacrimógeno. En la foto se ve la estructura detrás
de la que estaba protegiéndose -o encuadrando su toma-. Sobre la madera incendiada
hay una muesca: la que hizo el cartucho de gas lanzado por el cabo de la
GendarmerÃa Héctor Guerrero, una milésima de segundo previa a pegarle en la
cabeza.
La imagen fue recuperada de
la cámara de Grillo. Era parte del informe del Mapa de la
PolicÃa sobre el caso, y fue posteada este domingo por Cora
Gamarnik, que además de ser especialista en fotoperiodismo es pariente de
Pablo, y encontró en esta publicación una forma elocuente de pedir
justicia. “Sabemos quien le disparó, sabemos quien era el jefe del que
disparó, sabemos quién dio la orden. Sabemos que Bullrich y Milei son
responsables. Y sobre todo sabemos que tarde o temprano será justicia”,
escribió Gamarnik junto a la foto.
Leerlo es caer en la cuenta
de que ya pasaron cuatro meses desde el ataque y el autor del disparo, el cabo
Guerrero, ni siquiera fue llamado a indagatoria.
“No entendemos por qué”
La demora “nos resulta
incomprensible”, le dice a Página/12 Fabián Grillo, el padre
de Pablo. “No entendemos por qué todavÃa no lo llamaron a indagar”. La causa
está a cargo de la jueza MarÃa Servini y el fiscal Eduardo Taiano, que como
última medida visible hicieron un allanamiento a la GendarmerÃa para secuestrar
el arma utilizada por Guerrero y varios cartuchos de gas sin usar.
Las novedades sobre el
proceso de recuperación de Pablo son mejores: su papá contó que continúa con su
tratamiento en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, de buen ánimo. Este
domingo vio el partido de Independiente acompañado por un amigo.
“Él va bien, sigue con el
tratamiento, hace todo para recuperarse. Hay un tema que es fundamental que es
la colocación de la prótesis, que si todo marcha va a ocurrir de acá a un mes,
en el Hospital Ramos MejÃa”, agrega.
La prótesis ya esta hecha,
pero como tuvo que pasar por varias operaciones, es necesario esperar para
someterlo a una nueva intervención.
Hasta ahora, Pablo se acuerda de que estuvo en la marcha de los jubilados y de la situación de represión que habÃa cuando le dispararon, pero no del momento en sÃ. Para él es como si de golpe hubieran apagado la luz.
A diferencia del proceso de recuperación, en lo judicial el panorama es de parate. La familia, por supuesto lo viene denunciando. “Lo último que se presentó fue el trabajo del Mapa de la PolicÃa. Ya está todo entregado, está incorporado a la causa el informe que reconstruye lo sucedido, cuadro por cuadro”, dice Grillo. Apunta que “tampoco las imágenes de GendarmerÃa dejan dudas sobre lo que pasó”: está claro que el cabo Guerrero no disparó hacia arriba, en un ángulo de 45 grados hacia el cielo, como indican las recomendaciones para el uso de esta arma, sino que apuntó en un ángulo llano, directo hacia los manifestantes.
Asà un arma menos letal se
convierte en mortal. Eso lo que pasó, por ejemplo, con Carlos Fuentealba,
asesinado en Neuquén una manifestación docente en 2007. En aquel caso, la
granada de gas le dió en la nuca a Fuentealba, provocándole una herida que le
causó la muerte. A Pablo Grillo en cambio le pegó de frente, sobre los huesos
más duros del cráneo y eso le dio una chance para sobrevivir.
Cuando la jueza Servini
allanó la GendarmerÃa encontró el sumario hecho por la propia fuerza sobre el
episodio, en el que cerró el tema echándole la culpa a la vÃctima. En aquel
informe la GendarmerÃa sostuvo que el ataque del cabo Héctor Guerrero fue un
"hecho fortuito" y responsabilizó a Grillo de haberse puesto en la
lÃnea de fuego. AsÃ, buscó sacarse de encima toda responsabilidad por las
consecuencias de la represión ilegal, encabezada por Patricia Bullrich.
Guerrero todavÃa está en
funciones. El sumario concluyó que ni él ni sus superiores merecen
"reproche alguno desde el punto de vista disciplinario".
El allanamiento incluyó el
secuestro del arma con la que el cabo le disparó a Grillo en la cabeza, más
diez cartuchos idénticos a los utilizados. Con esa pistola lanzagases se va a
hacer una reconstrucción de los hechos, que aún no tiene fecha fijada.
"Son cuatro meses de
impunidad, hay que seguir hablando del tema, se tiene que saber la verdad sobre
lo que ocurrió", dice Gamarnik. "La opinión pública no tiene que
pensar que esto ya pasó, porque Pablo sigue en recuperación, porque el gendarme
que le disparó sigue sin ser juzgado y porque Bullrich sigue reprimiendo".
Gamarnik es muy cuidadosa
sobre la fotografÃa que posteó -dirá varias veces que la habÃa publicado
primero el Mapa de la PolicÃa, en su meticulosa reconstrucción del hecho.
Contará también que los familiares y amigos de Pablo siguen haciendo
actividades todas las semanas en su barrio de Remedios de Escalada en reclamo
de justicia. Una vez al mes, lo refuerzan con un un festival. "Es muy
valioso lo que hace el barrio, también lo que hacen las y los reporteros
gráficos, que cuando se conoció el sumario con el que la GendarmerÃa se
autoexculpó hicieron una acción frente al Congreso.
La acción quedó grabada en
un video que recuerda que el impacto de gas lacrimógeno no fue -como intenta
instalar la GendarmerÃa- un hecho "fortuito", sino una acción que
tiene responsables: el cabo Guerrero, la cadena de mandos y la ministra de
Seguridad Bullrich.
Fuente: Página/12
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