Una cuestión de soberanía
Por Fabián Restivo
8 de enero de 2025 - 00:01
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La tarde y el país invitan
a los masoquistas de domingo a hablar de algunas cosas para -probablemente-
escapar de la catástrofe personal. La situación del país es un tema que siempre
cae. Como una maldición o una adivinanza. Siempre hay algo que maldecir.
Siempre hay algo que adivinar. Señales del tiempo. El café con Emmanuel, médico
y militante popular de base comenzó con risas ante la tragedia de la violencia
cotidiana de algo que parece imponerse como una moda: el balazo o las piñas ante
cualquier reclamo cotidiano, y como sabemos que los ejemplos de civilidad van
de arriba hacia abajo, Emmanuel pasa de las adivinanzas a las maldiciones con
un veloz “¡un año! Apenas un año del gobierno de Milei y las consecuencias ya
son desastrosas. Promueve la violencia y con otras consecuencias, porque sobre
esta base de violencia perjudica a la inmensa mayoría del pueblo y beneficia a
los piratas de siempre. La vida se deterioró y empeoró un montón este último
año.”
Emmanuel Álvarez tiene una visión clara de que, como dijo Rodolfo Walsh, hay un plan de miseria planificada que abarca todo, hasta la psiquis, porque “no poder alimentar a tus hijos, la posibilidad de perder el trabajo y también el discurso y acción de crueldad y violencia permanentes, son determinantes para “desorganizar” y afectar nuestra salud mental. En la provincia de Buenos Aires se ve claramente” Lo dice con conocimiento de causa. Lleva años trabajando en la construcción de una salud publica realmente popular en la provincia, por eso sus maldiciones no son de café, sino que son datos que usa como mapas del enemigo hay que hay que saber como combatir.
“Dentro del ajuste general
del gobierno de Milei, fue devastador. Quita de medicamentos oncológicos y de
medicamentos en general, desaparición de programas de salud, desfinanciamiento
de laprovincia y una presión directa para que esta asumaa el financiamiento de
hospitales y políticas de salud” entonces se desespera un poco buscando la
frase. Y la encuentra: “mirá, esto es un bloqueo económico a las gestión de
Kicillof. En la Provincia de Buenos Aires, los fondos nacionales retenidos
fueron de casi 8 billones de pesos, es decir de 8 mil millones, esto es, 8
veces un millón de millones” y para la ametralladora de palabras cuando le digo
que ya entendí. Entonces se disculpa con “¡me desespera que no se entienda!” y
suelta la carcajada.
“Ahora acá tenemos un
aumento descomunal de la demanda en salud en el sector público ¿por qué? Porque
con la desregulación de las prepagas, ciento de miles de personas se volcaron a
los hospitales públicos mientras el mismo gobierno nacional, además, golpea a
los médicos encajándoles el impuesto a las ganancias a los que hacen guardias
en hospitales y clínicas.” Y no hace falta que diga que en la salud, como en todo
lo demás, Milei apunta a que la mano de obra sea barata y esté subsumida al
libre mercado de esclavos. Pero Álvarez, además de médico , es militante y hace
cuentas históricas, con una nostalgia de quien quiere recuperar aquel amor,
cuando recuerda entusiasmado que “Argentina construyó las bases de un sistema
de salud ejemplar durante el periodo conducido por Perón, Evita y Carrillo, y
después los gobiernos liberales y proimperialistas los debilitaron, siempre,
fragmentándolo , desnacionalizado, y afectado esa soberanía. El hospital Evita,
de Lanús, es el testigo perfecto de esto que te cuento, Y ahora encima hay
experimentos horribles, como el de Jujuy, batiendo el parche con que la
solución es cobrarle la salud a los migrantes, que son un tres por ciento de
los pacientes. Hay que ver que tanto pega en las otras provincias. Es una
barbaridad”.
Emmanuel conoce la vida y
la salud desde el barro del conurbano. Allá donde las necesidades son tan
variadas como urgentes. Allá donde el que no tiene o no llega, se muere. Allá
done los comunitario es imprescindible para vivir un día más. Allá donde el
estado es la diferencia definitiva y definitoria entre todo y la nada. Entonces
apuesta y aclara que “En medio de esta oscuridad, la salud pública en la
Provincia de Buenos Aires que lleva Axel con Kreplak acierta por sus propuestas
y capacidad de resistencia. En los primeros años, la pandemia dejó como saldo
un sistema de salud fortalecido en la provincia. La campaña de vacunación
contra la COVID impulsada por la provincia fue un éxito, y los equipos de salud
se fortalecieron. El plan quinquenal de salud también, y eso que fue
interrumpido parcialmente por Milei y aceptado por algunos gobernadores”. Y lo
que sigue es de imaginar cuando monta su propia tormenta: “Pero Axel fue más
lejos con la creación de cientos de centros de salud, equipamiento médico,
creación de centros de salud comunitarios de salud mental, entre muchos otras
medidas, que se sostienen por decisión política contra el desfinanciamiento de
los hospitales , la intención de cerrarlos y hacer desaparecer los programas
públicos de medicamentos.”
Este médico que entiende
con desesperación el panorama geopolítico y la relación del todo con el todo,
que habla rápido para que nada se escape, está apostado a algo que últimamente
se escucha con cierta frecuencia fuera de los barullos de los espacios
públicos: “al final es tema es uno solo: soberanía”.
Fuente: Página/12
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