Guerra del poder, espÃas, testaferros y plata sucia
El enfrentamiento entre
Macri y Milei se esconde detrás del caso Kueider
Las sospechas sobre una
vendetta del expresidente, el llamativo rol de Arroyo Salgado y la posible
extradición del senador entrerriano. La ayuda de la Justicia paraguaya y de los
diplomáticos libertarios. El testaferro, la amante y las sociedades.
15 de diciembre de 2024 -
14:30
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. Imagen: Archivo
“La justicia paraguaya
juega a favor de Edgardo Kueider. Le permitió ir a un departamento lujoso, no
le sacó los celulares y no trabaja el pendrive que le encontraron -analiza el
viejo lobo de los tribunales de Asunción-. El próximo paso es que van a iniciar
un juicio de extradición. Eso acá (en Paraguay) puede tardar un año, o más.
Ustedes lo vieron con PepÃn RodrÃguez Simón en Uruguay. Lo único que puede
reducir eso es que Kueider quiera volver a la Argentina, pero no parece de
ninguna manera. Desde el primer momento no quiso volver. Y lo ayuda
gente de la embajada argentina en Asunción”. Es una manifestación más de lo
que se afirma en el mundo de los espÃas y que publicó en exclusiva Página/12:
la guerra entre Mauricio Macri y Javier Milei es el detrás de escena del caso
Kueider. Al senador lo estaban esperando cuando lo agarraron con los 211.000
dólares y esa “cantada” la asignan a un carpetazo (dato) que el macrismo le
pasó a los paraguayos. Con esa jugada, le pegaban a Milei, porque Kueider
siempre votó con el oficialismo y dejan planteada la hipótesis de que cobró por
los votos.
Del lado de enfrente, en la
cámara Alta y en la justicia paraguaya, los libertarios juegan a favor de
Kueider. En la guerra algunos incluyen la sorpresiva aparición en escena de la
jueza Sandra Arroyo Salgado, que a las apuradas emitió el pedido de desafuero y
la extradición del senador. Todos recuerdan que Arroyo Salgado acompañó a Macri
en aquel debate presidencial con Daniel Scioli en 2015. De todas maneras, tanto
la magistrada como la justicia entrerriana tienen a Kueider contra la pared. El
senador recurrió a un viejo truco de algunos senadores que tienen amantes o se
están por divorciar: necesitan ocultar bienes y apretan/acuerdan con un
empleado del Senado. Es la razón por la que la camioneta de Kueider y varias
sociedades del senador aparecen a nombre de Rodolfo González, que revistaba en
la biblioteca del Congreso y pasó en comisión a trabajar con Kueider, ya sin
control de asistencia.
Cómodo en Asunción
Como ya contó este diario,
la Dirección Nacional de Ingresos Públicos (DNIP) de Paraguay hizo trascender
que Kueider cayó en una inspección de rutina. La dificultad es explicar cómo
nunca hubo inspección en los cinco viajes anteriores. La versión que
difundió Página/12 es que a Kueider lo estaban esperando, que
tenÃan el dato y que su detención fue parte de la sórdida pelea entre Macri y
Milei. Por supuesto que hay otras versiones. Que lo entregó un socio paraguayo
que quiere quedarse con sus inversiones ocultas, supuestamente en la
construcción de un edificio en Ciudad del Este, o que la entregada fue de
competidores entrerrianos del PRO: Kueider iba a ser el candidato libertario en
esa provincia. Los espÃas están convencidos que el macrismo y su socio en
Paraguay, el ex presidente Horacio Cartés, estuvieron en la movida.
Tras la caÃda, la justicia
paraguaya jugó llamativas cartas a favor del senador. Primero, lo acusó de un
delito más bien leve: contrabando de divisas. La alternativa era imputar por
ese delito, pero, esencialmente, por lavado de dinero o sea que el
dinero es producto de un delito. Kueider no tiene forma de explicar de
dónde sacó los 211.000 dólares. Dijo que provenÃan de una empresa Gol Sur que
no figura habilitada en el órgano tributario paraguayo.
A esto se agrega que, de
entrada, no le sacaron los celulares ni a Kueider ni a su pareja, Iara Guinsel
Costa, y tampoco trabajaron de inmediato un pendrive en el que constarÃan
inversiones en criptomonedas. El beneficio siguiente fue la prisión
domiciliaria en el suntuoso edificio Tierra Alta del Maestro, muy lejos de la
cárcel a la que mandaron en su momento a la actriz-conductora Moria Casán. Lo
llamativo es que trasladaron a Kueider y su secretaria cuando aún no se habÃa
pagado la fianza de 300.000 dólares.
En todo el proceso, según
afirman, hubo llamadas y respaldos de integrantes de la embajada
argentina en Asunción.
La jueza entra en escena
Las causas contra Kueider
venÃan a ritmo normal en Argentina. La jueza Arroyo Salgado instruÃa la de
enriquecimiento ilÃcito desde de mitad de 2024 y el fiscal Fernando DomÃnguez
encabezó la monumental investigación por coimas de la empresa de seguridad
Securitas desde 2020. Kueider figuraba como uno de los que habÃa cobrado las
coimas. En paralelo, la justicia de Entre RÃos también tenÃa una denuncia por
enriquecimiento ilÃcito y la investiga el fiscal José Emiliano Arias,
según reveló la revista Análisis, que edita el periodista Daniel
Enz.
Pero tras la captura de
Kueider con los 211.000 dólares, Arroyo Salgado salió a la cancha y ordenó
allanamientos, la detención de Iara Guinsel Costa y pidió el desafuero del
senador. Cerca del juzgado afirman que eso era lógico, que no se debió a
influencia polÃtica: “si tu imputado aparece en otro paÃs con 200.000 dólares
sin explicar, es razonable ordenar de inmediato medidas como allanamientos,
detenciones y el desafuero”.
En el mundo de los espÃas,
en cambio, afirman que Arroyo Salgado tiene una larga relación con
Macri y que su furibunda ofensiva tiene que ver con la guerra con Milei.
Por un lado, este fin de semana el ex presidente amenazó con presentar lista
propia en 2025, rompiendo con los libertarios, y por otro lado -dicen- presiona
con el aparato en el que tiene más influencia: la justicia. De hecho, Arroyo
Salgado acompañó a Macri a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires cuando se realizó el debate presidencial de 2015.
Aunque después criticó la
expulsión de Kueider, fue público y notorio que, sorpresivamente, los senadores
que le responden a Macri dieron quórum. Eso abrió las puertas a la sesión del
jueves.
Refugiado en Paraguay
En los últimos tres dÃas
dejaron trascender en Paraguay que cuando llegue el pedido de la jueza Arroyo
Salgado abrirán un juicio de extradición. Es decir, todo un proceso que, según
los propios funcionarios paraguayos podrÃa tardar un año. El ejemplo que dan es
el de Pepin RodrÃguez Simón en Uruguay: casi tres años prófugo sin que se
efectivizara la extradición.
“Lo único que cambia todo
es si Kueider dice que quiere volver a la Argentina, pero no da la impresión”,
sugieren en Asunción. En verdad, el juez Humberto Otazu de entrada estaba
dispuesto a fijar una fianza y permitir que el senador vuelva a la Argentina,
con la condición de que se presentara cada vez que se lo requiriera. Sin
embargo, desde el despacho de Kueider se emitió un comunicado diciendo que se
quedarÃa en Paraguay hasta finalizado el proceso.
A esta altura, parece
evidente que está conforme con el departamento de lujo en Paraguay, que
consiguió con ayuda de la embajada, comparado con un pabellón, muy posiblemente
en el penal de Ezeiza. Y su pareja está en la misma situación. O se queda allá
o va al pabellón de mujeres de Ezeiza.
Como siempre, los
agentes y ex agentes de la SIDE, especulan con todo lo que podrÃa decir si
viene a la Argentina, de manera que eso refuerza la idea de que se queda en
terreno guaranÃ. SÃ o sÃ.
Agujeros por todos lados
Kueider no puede explicar
casi nada. De pronto, hizo agua cuando sostuvo que los 211.000 dólares salieron
de una empresa casi inexistente: Gol Sur. Quienes transitan los pasillos de los
tribunales paraguayos sospechan que, en verdad, alguien le dio el dinero en
Brasil y eso explicarÃa su paso por ese puente. Por supuesto, entra la
hipótesis del pago del voto, pero también otras fuentes de plata delictiva.
Menos todavÃa se explican
sus bienes en Paraná, lo que investigan Arroyo Salgado y el fiscal Arias. El
funcionario entrerriano le dijo en una entrevista a Análisis que
no hay proporción entre el capital de la empresa de Kueider -Betail S.A.- con
el valor de los tres departamentos y dos cocheras que tiene en Paraná y que,
según las inmobiliarias de la zona, rondarÃan los 800.000 dólares. Las expensas
las pagaba la "secretaria" Guinsel Costa. Todo fue comprado en 2023 y
figura como socio Rodolfo González, un empleado de la biblioteca del Congreso,
que es también el supuesto dueño de la camioneta Chevrolet en la que
sorprendieron a Kueider cuando entraba a Paraguay. Viejos empleados del
Senado le revelaron a Página/12 cómo es que algunos senadores
consiguen testaferros en el Congreso.
El fiscal Arias le aseguró
al periodista Enz que las empresas de Kueider y su socio “tienen domicilios
inexistentes y no funcionan. Se trata de galpones cerrados, estudios de
contadores que no lo conocen o casas cerradas que están a la venta”. En la
causa que instruye Arroyo Salgado y que investiga el fiscal DomÃnguez la
denuncia fue hecha por la propia empresas Securitas que admitió el pago de
coimas y entregó una monumental auditorÃa interna. En San Isidro dicen que
DomÃnguez tuvo que leer 30.000 correos electrónicos en los que se pactaban
coimas para que Securitas consiguiera hacerse con la custodia de edificios, se
le pagara con sobreprecios y en condiciones privilegiadas. Kueider aparecerÃa
de los dos lados del mostrador. Estuvo en Securitas y en la empresa de energÃa
entrerriana, Enersa, que contrató los servicios de Securitas. En el expediente
fueron detenidos los hermanos Tortul que, no causalmente, también tienen
departamentos en el mismo edificio de lujo en que los tiene Kueider, el Live de
la calle Santiago del Estero de Paraná.
Testaferro, amante y sociedades
“Mire, el problema es con
algunos senadores que tienen amantes o se están por divorciar -detalla el
veteranÃsimo empleado del Congreso-. Necesita esconder bienes. A veces te
aprieta, pero otras veces es un arreglo. Es que te exige poner tal o cual bien
a tu nombre y que vayas a trabajar con él. O sea que te saca de un puesto en el
que hay control de asistencia y te lleva a otro en el que no hay control o el
control es muy laxo. No vas nunca a trabajar. Es más, tenés otro trabajo. El
asunto es que empieza con un bien, un auto, como ocurrió con ese empleado de la
biblioteca. Pero después te suma otra propiedad y otra y otra. Nada se puede
explicar y si aceptaste, a veces terminás en un problema monumental”.
Toda la secuencia explica
la aparición de Rodolfo González como dueño de la camioneta Chevrolet
Trailblazer en la que detuvieron a Kueider. Los dos, el senador y su
secretaria, tenÃan la tarjeta azul para manejarla y la tienen en su poder desde
la misma compra. O sea, las cosas encajan con lo que decÃa el viejo empleado:
amante, propiedad oculta.
Pero se ve que las cosas no
terminaron ahÃ. González apareció como integrante de Betail S.A., la sociedad
propietaria de los tres suntuosos departamentos y dos cocheras en el centro de
Paraná. Lo insólito es que González le vendió la mitad de las acciones a un
primo de Kueider y luego se las volvió a comprar, una maniobra que todavÃa el
fiscal Arias, de Entre RÃos, no termina de entender. Lo que está claro es que
González no tiene, ni remotamente, la plata para ser propietario de esos
inmuebles. Es obvio que son de Kueider y por eso su secretaria es la que paga
las expensas. Según reveló Infobae, González también tiene
sociedades con otra empleada-abogada de la biblioteca, Adriana Cruccita, quien
declaró como vivienda una humilde casa en Villa Soldati. Pero allà vive una
maestra que dice que no tiene nada que ver con Crucitta y menos con las
sociedades en las que figuran como testaferros los dos empleados de la
biblioteca.
Fuente: Página/12
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