África: identidad, soberanía y neocolonialismo
La descolonización
simbólica de Níger
El Consejo Nacional para la
Salvaguardia de la Patria que gobierna Níger desde julio del 2023 ha iniciado
un proceso de resignificación cultural y política. Con homenajes a figuras
africanas y la eliminación de símbolos coloniales, el país busca trazar un camino
hacia una identidad propia, mientras enfrenta complejos desafíos económicos y
sociales.
12 de diciembre de 2024 -
12:05
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Desde mediados de 2023,
Níger está gobernado por el autodenominado Consejo Nacional para la
Salvaguardia de la Patria (CNSP), una junta militar que asumió el poder con
un discurso anticolonial contundente. Este posicionamiento responde a décadas de
injerencia francesa que, a pesar de la independencia política del país en 1960,
ha seguido marcando su destino. La situación se agrava por las pésimas
condiciones de vida de la mayoría de la población, lo que hace comprensible el
respaldo popular al nuevo régimen.
Aunque inicialmente medios
franceses catalogaron el cambio de gobierno como un “alejamiento de
Occidente” y anticiparon un colapso social, los pronósticos no se
materializaron. Por el contrario, el acercamiento del CNSP a China no sólo
permitió sortear sanciones internacionales y el aislamiento diplomático, sino
que también trajo cierta estabilidad macroeconómica. En el plano social, el
apoyo al régimen sigue siendo considerable.
En septiembre de este año,
el CNSP inició un proceso de descolonización cultural, interviniendo en
espacios públicos emblemáticos. En Niamey, la capital, la junta militar ha
sustituido nombres y homenajes a figuras francesas por reconocimientos a
personalidades vinculadas a la resistencia anticolonial. Por ejemplo, el
monumento a los caídos en las guerras mundiales fue transformado en un homenaje
a las víctimas civiles y militares de la colonización, desde sus inicios hasta
el presente.
Otro gesto destacado fue la
sustitución de un homenaje público a un explorador francés por una
representación de Thomas Sankara, líder de la independencia de
Burkina Faso y su primer presidente. El acto, que contó con la presencia de
diplomáticos de ambos países, subrayó la conexión histórica y cultural entre
Níger y su vecino Burkina Faso, naciones limítrofes que comparten desafíos similares.
Además, la icónica Avenida
Charles De Gaulle fue renombrada como Avenida Djibo Bakary, en
honor al destacado líder de la lucha por la independencia de Níger. Durante la
ceremonia, el general Abdou Harouna, gobernador de Niamey, declaró: “El
colonizador, en memoria de su paso, marcó algunos de nuestros centros urbanos,
bastiones y sitios turísticos con el nombre de quienes nos causaron daño. De
ahora en adelante promoveremos nuestros intereses nacionales, revalorizando
nuestra historia y honrando a nuestros antepasados”.
A pesar de estos avances
simbólicos, Níger sigue enfrentando desafíos estructurales. Aunque es uno de
los principales productores de uranio del mundo, el país continúa siendo uno de
los más pobres, con una economía dependiente en gran medida de la agricultura
de subsistencia. La explotación de su riqueza minera ha beneficiado
históricamente a Francia, mientras que los nigerinos no han visto mejoras
significativas en su calidad de vida.
La independencia económica
de Níger sigue siendo esquiva. El país utiliza el franco CFA, una moneda
acuñada en Francia y compartida por otras naciones de África Occidental como
Benín, Mali y Senegal. Este sistema monetario perpetúa una relación desigual
con Francia y fomenta la corrupción, complicando aún más los esfuerzos por
lograr autonomía económica.
Además, la inseguridad en
las fronteras con Malí, Burkina Faso y Nigeria, causada por grupos yihadistas,
agrava la crisis humanitaria. A esto se suman los efectos del cambio climático,
como la desertificación y las sequías recurrentes, que golpean a una población
mayoritariamente dependiente de la tierra, perpetuando el círculo de pobreza.
El proceso de
descolonización cultural liderado por el CNSP representa un hito en la búsqueda
de Níger por redefinir su identidad y proyectar su soberanía. Sin embargo, el
país enfrenta el desafío de traducir estas reformas simbólicas en cambios
estructurales que impacten de manera tangible en la vida de su población. En un
contexto de inseguridad y explotación económica, el futuro de Níger dependerá
de su capacidad para consolidar una independencia real, tanto económica como
política.
Fuente: Pàgina/12
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