El fallo proscriptivo de Casación
Cristina
Kirchner sobre la condena en la causa Vialidad: "Un zafarrancho judicial
con el único objetivo de proscribirme"
En la vÃspera del fallo, la expresidenta denunció el montaje mediático y la persecución polÃtica detrás de la sentencia que leerán este miércoles los jueces Borinsky, Hornos y Barroetaveña. "Una vez más el peronismo y la proscripción. Nada nuevo bajo el sol", denunció. Y remató: "Hagan lo que hagan, no van a hacerme callar".
. Imagen: Imagen web
“Son los Copitos de Comodoro Py”. Con esta durÃsima definición, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner asimiló a los jueces de la Casación Federal con el grupito que intentó matarla el 1º de septiembre de 2022. La exmandataria hizo referencia a aquel tÃtulo posterior al atentado “la bala que no salió y el fallo que sà saldrá”, marcando que, tanto aquel grupo que vendÃa copitos de azúcar como estos magistrados, intentaron e intentan terminar con su vida fÃsica y polÃtica. Cristina dio a conocer en las redes sociales un texto antes de la audiencia prevista para este miércoles por los jueces de la Sala IV de la Cámara de Casación, en lo que la mayorÃa de los habitués de Comodoro Py calificó -irónicamente-, una sesión de fotos de los magistrados. El tribunal ratificó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para la expresidenta, aunque CFK no irá presa dado que se presentará un recurso ante la Corte Suprema.
Los Copitos y el delito
imposible
En su texto, Cristina describe a los jueces que
denomina Los Copitos de Comodoro Py. “Son Mariano Borinsky, que jugaba al tenis
con Mauricio Macri en Olivos; Gustavo Hornos, que visitaba a Macri en la Rosada
y que está denunciado por acoso sexual y violación; y Diego Barroetaveña,
dirigente de la lista macrista de los magistrados para el Consejo de la
magistratura. Todos ellos van a confirmar la condena del Tribunal Oral
integrado por otros miembros de la misma banda. Rodrigo Giménez Uriburu, el que
junto al fiscal de la causa, Diego Luciani, tenÃan un equipo de fútbol llamado
Liverpool que jugaba en un torneo organizado en la quinta privada de Mauricio
Macri. La imparcialidad de los jueces… te la debo”.
La expresidenta también hizo referencia a que un
presidente no tiene, ni remotamente, facultades para intervenir en una
licitación y adjudicación realizada en una provincia. “¿Por qué me condenan Los
Copitos de Comodoro Py? --pregunta retóricamente CFK--. Por un delito que como
Presidenta nunca pude haber cometido: el de administración fraudulenta en obras
viales, aprobadas por el Parlamento en los presupuestos nacionales, licitadas,
ejecutadas y pagadas por el gobierno de la Provincia de Santa Cruz y aprobada
su rendición de cuentas por la Auditoria General de la Nación y el Congreso de
la Nación desde 2003 al 2015. Tan es asÃ, que ningún jefe de Gabinete de la
Nación --constitucionalmente responsable de la ejecución del presupuesto y la
administración del paÃs-- fue acusado y que el propio ministro nacional
responsable del área durante nuestros tres gobiernos, fue absuelto. Se vuelve
de cualquier lugar menos del ridÃculo”, siguió Cristina.
Además, subrayó que la causa "empezó como un show
y va a terminar de la misma manera". Recordó que la primera audiencia del
juicio tuvo lugar el 21 de mayo del 2019, "en perfecta sintonÃa con el
cronograma electoral" de aquél año, y que los camaristas "estiraron
el juicio" otros cuatro años para repetir el procedimiento hasta llegar a
marzo del 2023 --otro turno electoral--, cuando leyeron "los fundamentos
de la condena". CFK remató esa lÃnea argumental subrayando que el
"show" de este miércoles volverá a coincidir con un hecho polÃtico,
esta vez con su llegada a la presidencia del Partido Justicialista. "Tanta
punterÃa electoral no es casualidad y se nota mucho", apuntó.
En varios pasajes de la carta, CFK remarcó que el
fallo busca proscribirla "de por vida" para ejercer cargos públicos.
En uno de esos pasajes compara esa pena con la que recibieron los verdugos de
la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 que dejó un reguero de sangre. El
entonces secretario de seguridad de Fernando de La Rúa, Enrique Mathov, y su
jefe de la PolicÃa Federal, Rubén Santos, recibieron la inhabilitación por 9
años y medio y por 8, respectivamente. "Osea: a los responsables de 31 muertes
en Plaza de Mayo les impusieron una pena muchÃsimo más leve que a mÃ",
argumentó.
Esa comparación, dijo, "ilustra mejor que nada el
zafarrancho judicial" del fallo de hoy y que "el verdadero
objetivo" es proscribirla. "Una vez más el peronismo y la
proscripción. Nada nuevo bajo el sol", remató. "Sepan que hagan lo
que hagan, no van a hacerme callar. No fui ni seré nunca mascota del
poder", concluyó.
Otro capÃtulo
bochornoso
Este miércoles se cerró otro capÃtulo bochornoso de
esta historia que nació con toda la intención de perseguir a la ex presidenta.
Poco después de llegar a la Casa Rosada, Mauricio Macri designó en Vialidad
Nacional a un ultramacrista, Javier Iguacel. Su resolución número 1 fue ordenar
una auditorÃa de las obras viales, no en todas las provincias ni en algunas,
sólo en un distrito: Santa Cruz. El objetivo era, sin dudas, el kirchnerismo y
Cristina en particular.
Los
tres auditores designados por el macrismo llegaron a las siguientes
conclusiones:
·
“no se evidencias deficiencias constructivas de
relevancia, como asà tampoco tareas que hayan sido certificadas sin
ejecutarse…”
·
“lo que figuraba como pagado estaba hecho”.
·
"si nos ceñimos estrictamente a los aspectos
técnicos que formaron parte de la encomienda que me fue asignada, y observamos
que los desajustes no fueron relevantes con relación a las respectivas obras,
estamos hablando de desajustes del 0,1 por ciento".
O sea, la auditorÃa destrozó la publicidad puesta en
marcha por Macri y los medios aliados: no hubo obras que no se hicieron; no se
pagó nada que no estuviera construido; lo construido estuvo bien construido.
Denunciar, como sea
Pese a semejantes conclusiones, el propio Iguacel hizo
la denuncia en enero de 2016, cambiando las acusaciones con el correr de los
meses.
·
Por ejemplo, sostuvo que a Santa Cruz se le habÃan
adjudicado demasiadas rutas, cuando la realidad es que las obras -como señala
CFK en su texto- se votaron en el Congreso Nacional. Más o menos se
construyeron un 12 por ciento del total de kilómetros adjudicados en todo el
paÃs, proporción muy similar a la extensión de esa provincia: 12 por ciento del
territorio nacional.
·
Después el argumento central pasó a ser que el
gobierno de CFK favoreció a Lázaro Báez porque éste ganó 51 de los 81 tramos
que se licitaron en Santa Cruz, se adjudicaron en Santa Cruz y se controlaron
en Santa Cruz. Como declararon varios empresarios en el juicio, incluyendo al
primo de Macri, Angelo Calcaterra, era lógico que ganara Báez porque tenÃa el
personal y las máquinas en Santa Cruz y porque contaba con el know how para
trabajar en un terreno muy dificultoso. El mismo fenómeno se repetÃa en muchÃsimas
provincias: las constructoras de la zona hegemonizan las obras, juegan de
locales.
·
En todo
el proceso de la causa no se hizo ni una pericia. O
sea, se llegó al juicio oral sosteniendo que habÃa sobreprecios en las obras,
pero en cuatro años no se habÃa ordenado ni un solo estudio para sostener
semejante acusación.
·
Los fiscales sostuvieron que los Kirchner sacaban
rédito de las obras, porque como le habÃan alquilado dos hoteles y oficinas a
Lázaro Báez, esos alquileres eran una especie de coima que pagaba el
constructor. El abogado de CFK ofreció que en el juicio oral se incluyera el
expediente Hotesur-Los Sauces para tratar todo como un conjunto. Los jueces se
negaron. Es que las proporciones no encajaban para nada: Báez hizo obras por
21.000 millones de pesos y los alquileres -concretados a precios de mercado-
sumaron 10 millones de pesos, o sea el 0,04 por ciento. Obvio que no habÃa
proporción alguna.
·
Un punto fundamental de la acusación contra Cristina
es que la mandataria firmó el decreto 54 de 2009 que habilitaba a usar un
fideicomiso, armado en función de un impuesto a los combustibles, para pagar
las obras viales. En realidad, el decreto habilitó el mecanismo para las obras
de todo el paÃs: unas 500.
Pero el punto central es lo que marca CFK en su pronunciamiento:
la mandataria de entonces no intervino en nada, no hay una firma -ni podrÃa
haberla- de la presidenta en ninguna de las licitaciones, adjudicaciones o
pagos.
El juicio eterno
Las audiencias de la causa Vialidad se desarrollaron a
lo largo de tres años y medio. Nada menos. En ese tiempo, el abogado Beraldi
pidió el apartamiento del fiscal Diego Luciani y el presidente del tribunal
Rodrigo Gimenez Uriburu porque jugaban al fútbol en la quinta de Mauricio
Macri, Los Abrojos, y también recusó al juez Jorge Gorini por reuniones con la
ministra de Macri, Patricia Bullrich. El letrado sostuvo que habÃa fundadas
sospechas para dudar de su imparcialidad.
·
En todo el juicio no se pudieron demostrar
sobreprecios en las obras. Los tres especialistas convocados no se pusieron de
acuerdo y los dos peritos oficiales, del tribunal y la fiscalÃa, naufragaron de
manera estrepitosa. De manera insólita, los propios jueces se constituyeron en
peritos y dijeron que el estado fue perjudicado en 646.000 millones de pesos,
un cálculo arbitrario que hicieron en base a cinco de las 81 obras viales de
Santa Cruz. Nadie sabe cómo se hizo ese cálculo.
·
A lo largo de todo el juicio, ni los fiscales ni los
jueces pudieron explicar por qué los competidores de Báez, es decir otras
empresas constructoras, no objetaron las licitaciones, no judicializaron las
adjudicaciones. Los magistrados dijeron que todos fueron cómplices de la
maniobra, algo imposible porque los demás empresarios, nucleados en la Cámara
de la Construcción, odiaban a Báez. Por otra parte, nadie fue acusado de
cómplice.
·
Un punto central es que en los tres años y medio de
audiencias -presenciadas por este cronista- ni un solo testigo nombró a
Cristina, señaló alguna intervención de la entonces presidenta, no se presentó
un correo electrónico, un mensaje algún elemento mediante el cual la mandataria
indicara que se le de alguna ventaja a Báez.
·
Al final del alegado, huérfanos de prueba, los
fiscales Luciani y Diego Mola alegaron que en el celular de José López, aquel
secretario de Obras Públicas sorprendido tirando millones de dólares en un
convento, aparecieron mensajes en los que se pactó una reunión entre CFK y
Báez, al final del mandato de Cristina, en noviembre de 2015. Se argumentó que
en ese encuentro se pactó un pago a Báez de millones de pesos. La reunión no
existió y no hubo pago alguno. Aun asÃ, eso se llamó la operación Limpiar todo, antes de
dejar el gobierno. Puro marketing persecutorio.
La trama de la
persecución
El fallo del Tribunal Oral fue revisado por la Sala IV
de la Casación. Los tres jueces fueron recusados por Beraldi y su socio, Ari
LLernovoy. Como relata Cristina: Mariano Borinsky por haber estado 18 veces con
Mauricio Macri, en algunas oportunidades jugando al tenis en Olivos. Gustavo
Hornos porque fue seis veces a la Casa Rosada, siempre en vÃsperas de fallos
importantes, y se encontró en esas visitas también con Macri. Barroetaveña
porque ya habÃa opinado contra Cristina en otra causa igualmente deplorable -la
llamada Ruta del Dinero, donde no apareció nunca una cuenta o sociedad de los
Kirchner- y, además, encabezó listas de magistrados alineadas con el macrismo.
Respecto de Hornos pesan también las acusaciones por violencia de género de sus
dos parejas, lo que incluye una violación. Cualquier juez con semejantes
imputaciones se aparta de todas sus causas hasta que haya una definición. Lo
cierto es que todas las recusaciones fueron rechazadas. Por lo tanto, lo que
ocurrirá este miércoles, era previsible.
Finalmente, no deja de ser simbólico la impactante
visita de funcionarios del Departamento de Justicia norteamericano a Comodoro
Py en el mediodÃa de este martes. Todos saben desde hace dos meses que el fallo
contra Cristina se dictarÃa el 13 de noviembre. La visita de la troupe de
Washington a la Casación, un dÃa antes, no deja de ser un respaldo público a
una polÃtica -el lawfare, el uso de la justicia para la persecución- que no
tiene un diseño original argentino: se usó contra Lula, en Brasil; contra
Rafael Correa en Ecuador; contra Evo Morales en Bolivia; contra Fernando Lugo
en Paraguay. El guión está dictado desde el norte y va contra cualquier
mandatario o dirigente progresista.
Fuente: Página/12
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